La stablecoin USD1 se expande a múltiples redes con la integración de Chainlink CCIP, impulsando la adopción institucional y desafiando a rivales como USDT y USDC.
La stablecoin USD1 de World Liberty Financial avanza rápido, y el último paso ha sido su expansión a varias redes dentro del exchange KuCoin. Lo que destaca aquí es la magnitud y el momento. Apenas unos meses después de su lanzamiento en marzo de 2025, USD1 ya ha alcanzado una capitalización de mercado cercana a 2.460 millones de dólares y ahora se distribuye entre Ethereum, BNB Smart Chain y TRON. La repartición es reveladora: unos 2.100 millones están en BNB Chain, 293 millones en Ethereum y 25 millones en TRON. Esta configuración busca capturar liquidez allí donde es más activa.
La integración con Chainlink CCIP refuerza la stablecoin USD1
Lo que diferencia a este lanzamiento de anteriores stablecoins es la integración con Chainlink CCIP. El movimiento entre cadenas ha sido uno de los ámbitos más arriesgados en cripto, con casi 3.000 millones de dólares perdidos en ataques a puentes en los últimos años. Al conectarse con el protocolo de interoperabilidad de Chainlink y su sistema de prueba de reservas, USD1 apuesta por un modelo más seguro y transparente. Chainlink CCIP ya asegura decenas de miles de millones en DeFi, por lo que anclar a esa infraestructura ofrece a las instituciones cierta confianza de que no se trata de otro experimento inestable.
La adopción institucional es otro aspecto a seguir de cerca. USD1 ya se utilizó en la inversión de 2.000 millones de dólares de MGX en Binance, en los trámites de salida a bolsa de Bullish Exchange, y actualmente figura en las reservas de Gate.io con unos 190 millones de dólares, lo que lo convierte en el segundo mayor tenedor entre exchanges. No son movimientos impulsados solo por minoristas. Todo apunta a un esfuerzo deliberado por posicionar a USD1 como herramienta de liquidación y gestión de tesorería para grandes actores, un terreno dominado hasta ahora por USDT y USDC.
Vínculos políticos y desafíos de transparencia en torno a la stablecoin USD1
La política es, inevitablemente, parte del panorama. Su vínculo con negocios de la familia Trump ha dado visibilidad a USD1, pero también críticas. La senadora Elizabeth Warren ya lo ha calificado de “estafa”, mientras que académicos señalan problemas de gobernanza y transparencia de reservas. El cumplimiento con la ley GENIUS y el modelo de custodia de BitGo buscan contrarrestar esas narrativas, con atestaciones mensuales de reservas a través de Chainlink destinadas a demostrar que cada token está respaldado. Queda por ver si eso será suficiente para acallar a los críticos.
El panorama competitivo es intenso. USDT sigue con una capitalización de 151.000 millones de dólares y USDC con 60.600 millones. USD1, incluso con su impulso, ocupa el sexto lugar. La gran pregunta es si su alineación política y la claridad regulatoria podrán ayudarle a ganar terreno frente a los líderes. Algunos analistas creen que USD1 podría convertirse en una pieza clave para la adopción institucional bajo las nuevas normas en EE. UU., mientras que otros sostienen que el ecosistema necesario para rivalizar de verdad con Tether o Circle aún está lejos de estar listo.
Riesgos y planes de expansión futura de USD1
Existen también riesgos técnicos y sistémicos. Estudios muestran que incluso las stablecoins bien respaldadas enfrentan “riesgos de fuga” en momentos de crisis, con tasas anuales del 3,9% en USDT y 3,3% en USDC. USD1 no es inmune. La expansión a Solana está prevista para finales de 2025 junto con un programa de puntos para incentivar el trading y el uso. La ampliación de capital de 1.500 millones de dólares con ALT5 Sigma aporta más peso institucional, pero la ejecución será más determinante que los anuncios.
El panorama general es que las stablecoins están pasando de ser una herramienta puramente cripto a convertirse en infraestructura para pagos globales y finanzas corporativas. La presencia multinetwork de USD1 en KuCoin y su integración con Chainlink CCIP es un caso práctico de cómo podría desarrollarse esa transición. No se trata solo de competir con Tether o Circle, sino de posicionarse para un futuro en el que las stablecoins respalden la gestión de tesorería, las liquidaciones transfronterizas e incluso la financiación de salidas a bolsa. Ya hay otros ejemplos en marcha: USDC se expande al asentamiento de activos del mundo real, PYUSD de PayPal avanza en pagos, y ahora USD1 apunta directamente a los corredores institucionales.
El impacto podría ser significativo, pero también la reacción en contra. Las stablecoins navegan entre regulación, política y finanzas sistémicas. USD1 se mueve rápido, pero si logra convertirse en un actor dominante o acaba siendo un producto de nicho con carga política dependerá de cómo se desarrollen sus próximos pasos de expansión.

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